jueves, 10 de julio de 2008

A LA GENTE HONRADA Y VALIENTE DE LAS TRABAJADERAS, A MI COMPADRE ANTONIO ASENCIO






1 comentario:

Costaforero dijo...

Después de lo leído, oído y sentido en este inigualable Blog, lo que yo diga, poco o nada puede aportar.
Salva, sólo escribo para agradecerte tus palabras, pero son inmerecidas ya que a quienes admiro de corazón son a mis amigos cofrades linenses. Gente como Óscar, Emilio, Carlos, tú, etc…
Mis majarones linenses son capaces de hacerse 400 Kilómetros simplemente para ver un ensayo, una salida extraordinaria o un concierto de Cigarreras. Algo impensable para mí. Por lo que gustoso tengo a reconocer que los mejores cofrades nunca podremos ser los sevillanos, ya que tuvimos la suerte de nacer donde a la Virgen María y su Bendito Hijo les gusta pasear en primavera. A nosotros nos lo dieron hecho.
Mi madre en mi primer Lunes Santo (con pocos meses) me vistío de nazareno… me acercó al palio de Mi Salud y me perfumó de incienso y azahar por una calle San Jacinto desierta por aquellos entonces. Después de ese bautismo, ¿Cómo crees que puede salir uno?
Años después, mis abuelas me pedían que le guardara un caramelito de mi barriguita de nazareno si ese día no me podían ir a ver por su edad, y te llevabas todo el camino metiendo la mano en la túnica para ver cuantos caramelos te quedaban, no fuera a que las abuelas se quedaran sin su mejor regalo del año.
El día siguiente era junto a mi Lunes Santo, de los mejores del año. Cuando junto con el caramelo, les contabas que habías llegado al puente de Triana, al año siguiente a la Campana, que al otro habías hecho el recorrido entero, pero eso si, 2 veces a la fuerza y después de llorar y patalear, mi madre me había conseguido sacar para descansar un poco.
Compadre Salva, esos son los recuerdos que me vuelven a la memoria cada vez que entro en tu Blog. Es la estrechez de Internet, la Capillita del Carmen de mi memoria, y por la que te estaré eternamente agradecido por rescatar.