No es tan solo ese llanto que se mezcla con tu risa. No es tu belleza precisa lo que hace vibrar el canto. Ni es el verde de tu manto, ni tu palio de patena. Es algo más que nos llena en cada esquina y recodo. Algo, o simplemente todo lo que a la Gloria nos suena.
No es tan solo el embeleso que produce tu figura. Ni siquiera es tu hermosura lo que hace al corazón preso. No; es mucho más que eso y Sevilla no es ajena. Es, por la Gracia tan plena que es de tu Gloria acomodo el que seas, sobre todo, ¡la Esperanza Macarena!
1 comentario:
No es tan solo ese llanto
que se mezcla con tu risa.
No es tu belleza precisa
lo que hace vibrar el canto.
Ni es el verde de tu manto,
ni tu palio de patena.
Es algo más que nos llena
en cada esquina y recodo.
Algo, o simplemente todo
lo que a la Gloria nos suena.
No es tan solo el embeleso
que produce tu figura.
Ni siquiera es tu hermosura
lo que hace al corazón preso.
No; es mucho más que eso
y Sevilla no es ajena.
Es, por la Gracia tan plena
que es de tu Gloria acomodo
el que seas, sobre todo,
¡la Esperanza Macarena!
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